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UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTONOMA DE TABASCO
División Académica de ciencias Economico administrativas

¿Qué pensaba acerca de la materia antes de cursarla?
Antes de iniciar la materia de Comunicación Oral y Escrita, tenía una percepción simplificada de su contenido. Consideraba que se enfocaría únicamente en aspectos básicos como hablar en público o redactar correctamente. Sin embargo, no anticipaba la profundidad y amplitud de los temas abordados, como la estructura del discurso, los procesos de argumentación, la importancia de la escucha activa y el análisis crítico de diversos tipos de comunicación. Esta materia resultó ser mucho más compleja y enriquecedora de lo que inicialmente imaginé.
¿Qué aprendí con mi equipo?
Trabajar en equipo me permitió desarrollar habilidades clave como el análisis conjunto de tareas, la comunicación efectiva y la toma de decisiones colaborativas. Aprendí que el diálogo constante y la búsqueda de retroalimentación entre los miembros fortalecen significativamente la calidad del trabajo. Esta experiencia me enseñó a valorar la organización, la corresponsabilidad y la importancia de construir acuerdos para lograr metas comunes. El trabajo en equipo no solo facilitó el cumplimiento de las tareas, sino que también enriqueció mi perspectiva al integrar diferentes puntos de vista.
¿Cómo voy a aplicar este conocimiento para mi profesión?
Los aprendizajes adquiridos en esta materia tienen una aplicación directa y estratégica en el ámbito profesional. En el caso de la redacción publicitaria, podré crear mensajes claros, coherentes y persuasivos adaptados a diversos medios. En las presentaciones profesionales, tendré herramientas para estructurar y exponer ideas con impacto y claridad ante distintos públicos. Asimismo, la habilidad para comunicarme de forma precisa será fundamental en la atención al cliente, negociaciones y procesos de venta, donde el lenguaje adecuado puede marcar la diferencia. Finalmente, la capacidad de trabajar en equipo y coordinar acciones con otros especialistas será esencial para lograr objetivos comunes en cualquier entorno laboral.
¿Cuál era mi actitud al principio de la materia?
Al inicio del curso, mi actitud era algo relajada, motivada por la creencia de que la asignatura sería sencilla y poco demandante. Aunque no me sentía desmotivado, no le atribuía la relevancia que realmente tiene. Sin embargo, conforme avanzó el contenido y se profundizó en los temas, entendí la importancia de la materia y me comprometí a realizar los trabajos con mayor dedicación y responsabilidad.
¿De qué me di cuenta?
Me di cuenta de que subestimar una materia por parecer fácil es un error común que puede afectar el desempeño. Dejar las actividades para último momento o depender del avance de otros integrantes del equipo limita el aprendizaje y el desarrollo personal. Comprendí que el compromiso individual es tan importante como la colaboración grupal, y que actuar con responsabilidad desde el inicio marca la diferencia en los resultados.
¿Qué debo seguir haciendo para mejorar?
Debo continuar esforzándome al máximo en cada tarea, manteniendo una actitud proactiva y participativa. Además, es fundamental planificar con anticipación, administrar bien el tiempo y buscar constantemente mejorar mis habilidades de comunicación. Solo así podré alcanzar la excelencia académica y profesional que me propongo.

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